No hay excusas para la desorientación de los bomberos

Los bomberos dedican años a comprender mejor el comportamiento del fuego. Independientemente del nivel de formación, experiencia o habilidad, los bomberos deben seguir haciendo frente a circunstancias que escapan a su control y que pueden alterar considerablemente el comportamiento de un incendio. Debido a la celeridad con la que avanzan los incendios actuales, los cambios imprevistos pueden provocar situaciones peligrosas de desorientación. Equipar a cada bombero con una cámara termográfica (TIC) podría marcar la diferencia entre encontrarse en un grave aprieto y salir con vida.


Los incendios estructurales actuales están cambiando debido al uso de materiales sintéticos en edificios, muebles y electrodomésticos. Además de alcanzar rápidamente un punto de combustión, el UL Firefighter Safety Research Institute confirmó en 2007 que los incendios en los que ardían materiales sintéticos generaban humo más peligroso que en aquellos con materiales naturales. El humo negro y espeso de las estructuras actuales no solo expone a las víctimas y los bomberos a sustancias más asfixiantes e irritantes y carcinógenos transmitidos por el aire, sino que reduce considerablemente la visibilidad.

 

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Los materiales sintéticos y los planos de planta abiertos provocan una combustión más rápida en los incendios actuales.

La visibilidad es un aspecto clave cuando es necesario evacuar a personas. El capitán William R. Mora del Departamento de bomberos de San Antonio realizó un estudio sobre la desorientación de los bomberos, evaluando 17 incidentes que llevaron al fallecimiento de 23 bomberos entre 1979 y 2001. En cada incidente notificado, los bomberos que entraron de forma agresiva al interior de la estructura experimentaron un nivel de visibilidad cero debido al humo durante más de 15 minutos. A medida que empeoraban las condiciones, los miembros de la unidad soltaban la cuerda de mano o quedaban enredados, lo que provocaba su desorientación. Si se ve comprometida la integridad de la unidad, los bomberos son proclives a eventos potencialmente mortales que escapan a su control. La falta de suministro de aire, la caída de escombros y una combustión o un fogonazo repentinos son amenazas muy reales para un bombero desorientado. Disponer de una cámara termográfica puede marcar una enorme diferencia cuando la única prioridad es salir con vida.

 

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Las cámaras térmicas ven a través del humo para localizar rápidamente a las víctimas y otros bomberos

El servicio de bomberos utiliza imágenes térmicas para un creciente número de aplicaciones de diversa complejidad. Desde encontrar rápidamente a una persona ahogada durante una operación de búsqueda y rescate hasta tomar decisiones tácticas fundamentales, la introducción de las cámaras térmicas ha ayudado a los bomberos a ganar eficiencia y salvar aún más vidas. En todos los usos precisos de las imágenes térmicas, su ventaja más sencilla sigue siendo la más importante: las cámaras termográficas pueden ver a través del humo. Al encender una cámara térmica, se obtiene de inmediato una ventana a través del denso humo, lo que permite a los bomberos en el interior ver puntos de referencia, líneas y miembros del equipo. Con solo pulsar un botón, la cuerda de mano se puede ver en el suelo y un depósito visible de un equipo de respiración autónomo puede devolver la integridad de la unidad. Lo que podría haber sido una situación peligrosa se convierte al instante en algo manejable.


No se comparten las botas.
No se respira por turnos con UNA sola máscara del equipo de respiración autónomo.

Que cada bombero disponga de una cámara termográfica es ya una realidad.

Tradicionalmente, equipar a cada bombero con una cámara termográfica no era algo realista. Se trataba de una tecnología costosa y los departamentos ya podían considerarse afortunados si disponían de una única cámara termográfica y, más aún, más si contaban un conjunto completo. Además de su coste, las cámaras termográficas eran voluminosas y difíciles de transportar al interior. Por suerte, las innovaciones en la termográfica han aumentado la disponibilidad de cámaras termográficas asequibles. Las cámaras compactas, como la FLIR K2, se han diseñado para proporcionar de forma oportuna termografía a cualquier integrante del servicio de bomberos. Aunque sigue siendo importante tener cámaras termográficas de alto rendimiento disponibles para la toma de decisiones tácticas, la robustez y la capacidad de creación de imágenes de la K2 permiten equipar a cada miembro del equipo con un dispositivo térmico fiable.

Los departamentos de bomberos hacen todo lo posible por proporcionar a cada unidad las herramientas y el equipo de asistencia que aumentan la seguridad y la eficiencia del trabajo. Por ejemplo, el desarrollo de equipos de respiración autónomos y equipos de protección personal (EPP) modernos ha permitido a los bomberos salvar innumerables vidas en el interior, del mismo modo que la introducción de imágenes térmicas. No es habitual que los bomberos compartan sus guantes o botas y no suelen usar por turnos una máscara del equipo de respiración autónomo. Este equipamiento es necesario y salva vidas, pero no puede garantizar la protección cuando la evacuación es la única opción. Los incendios actuales provocan desorientación y la capacidad de ver en situaciones de visibilidad cero ya no es algo opcional. Es hora de dotar de una cámara termográfica a cada bombero.